domingo, 5 de abril de 2020

Los últimos cuentos que cuentan

La última incógnita estalló
Y al paso del tiempo,la agonía.
Agonía lenta, agonía decente con momentos lúcidos y de vez en cuando un poco de amor en serio, pero nada tan exótico.
Encontré el viento lento y no aprendi a nadar pareciera que entre tantos maestros nomás no entiendo.
Entiendo el agua y su concepto de ahogar a todos los ya ahogados, por qué si no sabes nadar muy seguro mueres en el agua o por ella.
Quisiera ser lo que pasa de boca en boca, la anécdota local, el loco del barrio o el edificio abandonado, también quisiera ser todo lo que se te ocurre mientras fumas y derramas.
Embarrado entre baba seca y humeda, con las sábanas llenas de sudor y olor a culo creas la comodidad, tu burbuja personal de olores y sabores varios, un campo digno de gérmenes dónde se sobre alimenta a la población, zona de confort le dicen actualmente. El futuro es extraño.
Extraño el pasado.
Pero no tanto.